
Al inicio, primer segmento, Tempo, un anciano tiene un encuentro en el que aprecia a unos amantes, hecho que lo remonta a su niñez, y vemos una elipsis a su infancia donde tuvo una experiencia idéntica, estas elipsis están potenciadas por una música impresionante. A continuación, se realizan misas donde se pone de manifiesto la extrema política de “anti placer” que tiene el catolicismo, condenando toda forma de placer físico. Esto llega al extremo de un sacerdote investigando las costumbres de los niños, y castigando al que siquiera se masturbe muy seguido, así se muestra la severidad y conservadurismo católico, en una estigmatización de toda sensación placentera física. Este segmento está dotado de una presentación tan hermosa como impactante, que invade y posee al espectador. En el segundo segmento, Contrapuntos, se aborda una unión matrimonial que al final no significa nada. Un vehículo, una camioneta, avanza constantemente, las relaciones de pareja son abordadas y se pone de marcado relieve que el matrimonio no está ni siquiera cerca de ser un real remedio a la soledad de espíritu, una mujer casada recrimina a su esposo, y piensa en lo terriblemente sola que está en su interior, nunca sintió amor por su esposo, se siente perdida en ninguna parte. La camioneta sigue su curso mientras otras experiencias amorosas son abordadas, parejas mayores y parejas jóvenes tienen idilios. Tercer segmento, Variaciones, muestra a un director de cine y su relación con su actriz dirigida, una mujer predice su muerte, y fenece. El extremismo de la rigidez católica se hace patente de nuevo, rozando el ridículo, y teniendo su antítesis en la poderosa escena de un trío de una mujer con dos hombres, incluido el cineasta. En el final, la mujer fenecida revive, y nos clava una mirada un tanto escalofriante, pero llena de esperanza.

No hay comentarios:
Publicar un comentario