jueves, 29 de diciembre de 2011

Socrates (1971) - Roberto Rossellini

Roberto Rossellini, alcanzó la inmortalidad luego de haber hecho un aporte invaluable e inolvidable al cine generando los ladrillos-cimiento del neorrealismo con su prodigiosa trilogía de la guerra, las inmortales Roma, Ciudad Abierta (1945), Paisà / Camarada (1946) y Alemania, año cero (1948). Después de sus años iniciales, tuvo diversas facetas, entre las cuales, en la etapa final, destaca la de producciones para televisión, dirigiendo muchas veces documentales sobre ilustres personajes de la antigüedad. La película que nos ocupa en esta oportunidad es Sócrates, cinta en la que representa los últimos días del gran pensador que revolucionó la filosofía con sus postulados, y Rossellini presenta un filme muy atractivo, apoyándose en los datos que presta la historia. Con esa base, su filme es bastante cercano a lo que está documentado, las vivencias finales que el griego pasó, conocidas por el individuo con formación y conocimientos promedios del tema, y con su correcta apreciación artística, configura el italiano una cinta televisiva apreciable, digna representante de la etapa final de uno de los directores más respetados y prestigiosos de las últimas décadas en territorio italiano.

      


En Grecia, la tierra del gran Sócrates, la cuna de la civilización, una reunión pública está teniendo lugar, están destruyendo unas murallas. Es el marco de las Olimpiadas, destruyen los muros, es un hecho casi ritualista. En un templo de Atenas, se están discutiendo los malos resultados bélicos recientes, se habla del estrepitoso fracaso militar ante Esparta al mando de Alcibíades, unos lo condenan por esa derrota, otros aún lo defienden. Aparece Sócrates (correcto Jean Sylvère), esparciendo su mensaje de iluminación, loando el conocimiento, desdeñando la presunción vana de poseerlo, es un personaje coherente con sus postulados. Su esposa, Santippe (Anne Caprile), está desesperada porque el filósofo no consigue sustento, se la pasa todo el tiempo en lo que ella considera actividades inútiles, no gana dinero, mientras Sócrates, siempre seguido por un séquito, sigue impartiendo sus enseñanzas, conocimiento y moral, siempre escuchado con mucha atención. De pronto, Critias (Ricardo Palacios), es atacado, pero los espartanos son expulsados al fin de Grecia, y la democracia se restablece, es el fin de la tiranía, aunque Sócrates mantiene aún detractores, mientras su lugar sigue estando entre las multitudes.



Se  le advierte que deje de practicar la oratoria, y que deje de corromper a la juventud con sus discursos, y al seguir practicándola, se le hace llegar una citación, ha sido acusado, y curiosamente, cuando sale a preguntar sobre conocimiento y moral a los considerados entendidos del tema, nadie sabe darle una explicación decente, y más aún, evitan el tema. Busca ayuda del elocuente Lisias (Francisco Calalá), pero al descubrir que sus argumentos serían mentiras, decide no involucrarlo, pues preservaría su existencia con esas mentiras. Se realizan consultas públicas, mientras se acerca el juicio, donde se le acusa de no creer en los dioses, de pretender establecer nuevas creencias, y de corromper a la juventud. Se inicia el proceso, Melito (Emilio Miguel Hernández), y Anito (Gonzalo Tejel) rápidamente lo atacan, mientras Sócrates se defiende bien y solo, afirmando ser muy diferente a la persona que acusan, afirma ser presa de ignorancia en el fondo, habla siempre excelso en la dialéctica. Llega al corazón de la gente, pero finalmente, el veredicto es culpable, las autoridades están indecisas, y sus amigos quieren salvarlo. Siempre coherente, acepta tranquilo su final, y, enseñando hasta el último momento, cita a Homero, y acepta el castigo de la cicuta. Congoja en toda su familia, recibe el cáliz con la ponzoña, brinda por los dioses, bebe, camina, piensa, le pesan las piernas, y fenece.



El maestro Rossellini realiza un gran trabajo poniendo en escena la famosa historia del filósofo que lo cambió todo, y representa al genial Sócrates del modo más cercano a la realidad que los documentos históricos han conservado hasta nuestros días, correcto en ese sentido el respeto que muestra el artista por la historia hasta ahora considerada verídica de uno de los pílares de la filosofía. Nos lo presenta como un  personaje ajeno y lejano a la política, a los cargos públicos, a la ambición, él solo anhela el conocimiento, aunque sea a través de la muerte, está desconectado de las banalidades, está desconectado de los humanos ordinarios, está en otro nivel, espiritual e intelectualmente hablando. Para lograr su cometido artístico, el realizador italiano cuenta con la colaboración de Jean Sylvère, que realiza un encomiable trabajo encarnando a Sócrates, sereno y autosuficiente, controla y entiende muchas cosas que los demás ignoran, personaje que destila sabiduría, eficiente el actor para "capturar" y emanar esa aura de serena sabiduría. Y Rossellini, apoyándose en ese correcto aporte actoral, impregna correctamente de solemnidad, profundidad, los momentos en que él habla, sus sabias palabras son iluminación pura, se recrea, gracias a su eficiente interpretación, y al trabajo del cineasta, un ambiente de importancia, de magnanimidad intelectual, de aquel que cimienta su grandeza reconociendo antes que todo, que no sabe nada. Particularmente destacable es la secuencia del juicio, donde despliega todo su genio, soberbia secuencia empapada de toda la verborragia del inmortal filósofo, es la secuencia más antológica del filme, toda su sabiduría, toda la retórica y dialéctica están contenidas en esos memorables minutos. Apreciable trabajo, se sacrifica la estética o algún otro recurso técnico en pro de lo que se busca, documentar, presentar, exponer una historia relevante, es un excelente documento que da a conocer un poco más a uno de los grandes personajes de la humanidad, muy bien el cineasta latino a ese respecto. Asistimos ya a otra etapa del director, una bastante más didáctica, iluminadora, como el personaje mismo del filme, un nuevo norte tiene ya su arte, y como no podía ser de otra forma, Rossellini lo lleva a cabo de excelsa forma. Notable película de uno de los directores más dotados y versátiles que nos ha regalado Italia. A prestarle la atención debida.



2 comentarios:

  1. EXCELENTE ..YO TAMBIEN SOY MUY APASIONADO POR EL BUEN CINE..FELICITACIONES***

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  2. Excelente resumen. Socrates fue un visionario y excelente pensador que vivió en na época de ignorancia que termina por consumirle por la estúpidas leyescanonicas.

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