jueves, 26 de enero de 2012

Cuando los Hermanos se Encuentran (1988) - Barry Levinson

El realizador Levinson produciría con eta cinta lo que terminaría siendo su mejor obra, la película por la que tranquilamente podría haber parado de hacer cine, pues ya había alcanzado su techo. Esta es la cinta que en 1988 sencillamente lo ganó todo en los Oscar, o al menos lo más importante, alzándose con nada más y nada menos que con los Oscar a Mejor Película, Mejor Director, ambos para Levinson, y Mejor Actor Principal para el buen Dustin Hoffman. Rain Man arrasó con los premios cuando llegaba a su fin una década en que muchas cosas estaban cambiando en Hollywood, y otras ya habían cambiado irrevocablemente, atrás habían quedado las ya lejanas décadas doradas del firmamento cinematográfico yanqui, cuando los premios de la Academia eran genuino sinónimo de prestigio, respeto y seriedad, y se estaba a punto de entrar a la década de los 90, y las posteriores, al bodrio circense que hoy se observa, donde los premios están tan devaluados como el cine yanqui mismo, frívolo glamour y artificial y quimérica calidad. Pero para evitar un movimiento súbito de nuestro ánimo, para evitar desigualar nuestro humor, olvidaremos ese tema y volveremos con Rain Man, cinta que consagró por segunda vez a Dustin Hoffman como el Mejor Actor del año, actor de método y de carácter, de lo mejor que se produjo en tierras norteamericanas en las últimas décadas, acompañado por un Tom Cruise cuyo único mérito reside en apartarse, y dejar que brille con luz propia el protagonista de turno, en este caso Hoffman.

        


La acción se inicia con Charlie Babbit (Cruise), que trabaja con su novia francesa Susanna (Valeria Golino) vendiendo autos de lujo, ambos trabajan duro, aunque no les vaya demasiado bien; ella se siente excluida por Charlie, que no comparte nada de sus pensamientos, mientras recibe la noticia de que su padre ha muerto. La notica no le afecta demasiado, pues nunca fueron cercanos, va con Susanna al entierro, y después, se altera mucho cuando va a recibir su herencia, y el testamento del finado le concede sólo unas rosas, mientras lega tres millones de dólares a un desconocido, dinero manejado por un fideicomisario. Rastrea al fideicomisario, que labora en una institución para enfermos mentales, lugar donde conoce a Raymond Babbit, su hermano mayor. Raymond es un autista, desconoce el concepto del dinero, y de su acaudalada herencia, es un ávido lector que vive por y para sus rutinarias actividades. Charlie se siente impotente, se lleva sin permiso a Raymond, y junto con Susanna, emprenden un viaje por carretera, pero lo que él encierra es una intención de pelear por la custodia del autista Ray, y obtener así los tres millones, intención que, descubierta, colma a Susanna, y ella se retira. Ya solos, Ray manifiesta poseer una extraordinaria memoria, pero también escaso entendimiento de conceptos básicos de la vida, y con sus estrafalarios hábitos, como no tomar aviones que considera inseguros, ni caminar bajo la lluvia, saca de quicio a su hermano.




Reacio también al contacto físico, Ray es llevado por su hermano a un especialista que lo examina, determina su singular caso de autismo, posee una capacidad para los cálculos remarcable e impresionante, pero escaso entendimiento de asuntos elementales. Después, Charlie descubre que llegó incluso a vivir sus primeros años de infancia con Raymond, que éste le cantaba, que Ray era quien él pensaba fue un mero amigo imaginario llamado Rainman (Raymond), recuerdos únicos que los acercan, mientras Charlie extraña a Susanna. Entonces, es informado de graves problemas financieros en su negocio, están al borde de la bancarrota, endeudados, y es en esa situación que se le ocurre la idea de usar la estupenda memoria de Ray y su habilidad de cálculos para jugar a las cartas. Van a Las Vegas, se arreglan y trajean elegantemente, y valiéndose de la extraordinaria habilidad de Raymond, ganan un cuantioso botín, suficiente para salir Charlie de problemas, y Susanna regresa con ellos. Se retiran del casino, luego de tener Ray un singular momento con Susanna, y hasta maneja el auto un momento. Ya de regreso, Charlie se entera que no ganará el litigio por la custodia de Ray, pero eso ya no importa, rechaza un cheque del fideicomisario por considerable dinero, y es que más importante que eso, Charlie ha generado lazos con su hermano, del que finalmente se separa, pero sus vidas ya han cambiado para siempre.




Sin duda la película es la película de Hoffman, con su excepcional interpretación de Raymond, el enfermo mental que vive herméticamente recluido en su propio mundo, la gente no es su prioridad, vive en ese, su personal universo, al margen de todo, a su manera. Ray es un autista ritualista, que no puede alterar por nada sus rutinas, intocables, invariables, capaz de tirar por la borda un viaje importante, porque no sale a caminar cuando llueve, o con detalles estrafalarios como el número de tiras de pescado en su alimento, su gelatina verde, su ropa interior que sólo se compra en K-mart, la hora de su programa de TV diario, detalles específicos que desquician a su hermano. En una representación de carácter, el actor de método Hoffman realiza una actuación que se siente mucho más que un mero papel, es una abstracción estupenda, que le valdría muy merecidamente su segunda estatuilla de Mejor Actor, se roba completamente la cinta con su papel del autista cuya vida, y la de su hermano, cambian para siempre cuando se enteran de su existencia. Secundando al buen Dustin, se encuentra Cruise, interpretando al desabrido y frívolo yuppie yanqui, y Cruise hace bien lo que es, un mero acompañante, poco más que un animador que debe dejar brillar a la verdadera estrella de turno. Y para seguir hablando de esa verdadera estrella, como dato anecdótico, mencionaré cómo se dice que el papel de Raymond, fue rechazado, primero pro la leyenda viviente Jack Nicholson, y luego incluso por otro gigante, Robert de Niro, recayendo finalmente en Hoffman. Detalles que enriquecen un poco más a la cinta, que se destaca por hacernos reír por momentos, con las estrafalarias ocurrencias de Ray, y luego arrancar alguna lagrimilla al paladar sensible con las conmovedoras secuencias de cuando los hermanos se encuentran -título en tierras latinas-, la cinta transita por ambos senderos, es una humanísima historia de amor fraternal y descubrimiento personal. Muy rescatable, disfrutable y recomendable cinta estadounidense.

 




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