Suspenso en esta singular
película del director estadounidense Karlson, en el que por un lado decepciona
al espectador, pero por otro, agradable sorpresa sabrá generar. El realizador
norteamericano nos introduce en el Oeste yanqui, una alejada ciudad a la que
arriba un joven citadino, visita por vez primera el suelo en el que su
progenitora, fenecida, nació. Va en busca de nuevos horizontes, pero lo que
encontrará será distinto a lo que su madre le describía, hallando un inhóspito
territorio, asolado por sequía, que ha generado, en consecuencia, que un salvaje puma se acerque hasta el
pueblo, poniendo a prueba máxima la entereza y determinación del citadino
muchacho, que se tendrá que ganar a pulso el respeto de los lugareños. Moderada
y discreta cinta, que no contiene mayor profundidad ni complejidad en su
contenido, exceptuando un inesperado tratamiento a las secuencias con el que se
erige como protagonista, el gran felino que atormenta a los pueblerinos. El puma
y sus acciones serán retratados con una cercanía y efectividad que sorprende,
rozando por momentos la naturaleza del documental el filme, por lo que realza
los bonos que otras flaquezas de la obra constituyen. El filme, en su modestia,
no cuenta con actores de mayor renombre ni prestigio, y está estelarizada por
Lon McCallister como el citadino individuo que encuentra impensada aventura,
Preston Foster y Forrest Tucker como lugareños en disputa, y Peggy Ann Garner
como la fémina que de él quedará prendada.
Una voz en off nos da inicio a la
acción, es 1933, es territorio yanqui, Utah, un individuo rememora cómo se
animó a ir a vivir a ese alejado lugar, eran los años de la Gran Depresión,
escaseaba el dinero. Se trata de Danny Turner (McCallister), que al llegar al
lugar donde su madre nació, halla a un puma cazando vacas, y a Tom Eggers
(Foster) intentando darle caza, pero Danny termina entorpeciendo su labor. Eggers
tiene instantes después un roce con Gil Hawks (Tucker), otro lugareño, con quien se notan viejas
disputas. Danny, proveniente de Filadelfia, se va familiarizando con el
territorio, y sus escasos pobladores, entre ellos el cartero, Matt Cooper (Irving Bacon), que está casado con Sara (Sara Haden), con quien tiene una hermosa hija,
Doris (Ann Garner), a ambas les cuenta del novato citadino recién llegado. El
citadino, con mucha confianza se adentra en la residencia de quien su madre le
referenció muy bien, y este individuo resulta ser el propio Egger, quien, al
enterarse de quién es hijo el joven, lo aloja y trata bastante bien, además de
informarle la actualidad de la localidad, las sequías han atraído a un temible
puma que atormenta el lugar matando al
ganado, y Tom busca obtener la recompensa por matar al felino.
Acompañado por su leal cánido, Eggers en vano intenta dar
caza al puma, crece la impaciencia en los demás pobladores, particularmente en
Gil. Al ser presentado ya a todos los lugareños, descubre Danny que Gil es su
tío, hermano de su madre, y se entera además de una vieja rencilla que éste
tuvo con Eggers por el agua del lugar, ambos casi se matan, y producto de eso,
Nancy, su madre, se fue, no se casó con Tom, entonces su prometido. Mientras
Doris está entusiasmada con el recién llegado, Tom le dará alojamiento y un
trabajo en su casa. El puma mata más animales, Gil, harto ya, va en busca del
felino, y de la recompensa. Así, Hawks se embarca junto a sus hijos Jim (Skip Homeier) y Wid (Gene Reynolds), a la cacería, junto a Matt, Tom y
Danny, pero éste último manifiesta su total inutilidad en este tipo de labores,
despertando burlas en sus primos. Pese a los agasajos que Doris le profesa,
Danny decide irse, pero antes de hacerlo, se desata intensa pelea, Tom contra
Gil, y Danny contra sus primos; tras esto, el citadino conversa con Tom,
reconsidera su decisión, se quedará a ayudarlo a cazar al puma. Pero, tras una
nueva inepcia del joven, Tom resulta eliminado por el felino, el furibundo
joven de ciudad va a por el animal, para lamento de Doris. Con el perenne apoyo
del can, sorprendentemente Danny liquida al puma, se gana el respeto de todos,
y se quedará en el rancho de Eggers, y con Doris.
Discreto aunque por pasajes
entretenido filme, en el que destacan nítidamente las secuencias en las que se
retrata al felino y a sus salvajes actividades, con un tono documental que
ciertamente realza al filme, y estas imágenes se plasman prontamente, pues en
las primeras secuencias, antes incluso que los humanos aparezcan en acción, el
poderoso felino ya se desenvuelve en los que se han vuelto sus dominios,
cazando, apreciándose esa suerte de agradable y sereno documental, que se
mezclará con la mundanidad de la vida en el desierto. Son en efecto tomas
notables, trabajar con una fiera de esa naturaleza, y generar secuencias
creíbles y consecuentes con las acciones de la historia es un punto a favor de
la cinta, se le saca buen rédito a ese aspecto, se siente más verídica y
auténtica la discreta obra. Y es que, fuera del felino y la perenne e
implacable cacería a éste, el filme no tiene mayor interés, ni su guión, ni las
situaciones sin mayor importancia que en ese desierto suceden, exasperando
particularmente ver al inepto citadino estropear sendas actividades de Tom, ni
siquiera come carne, y eventualmente, gracias a su estupidez de olvidar la
escopeta, su benefactor fenecerá. Vale
mencionar que en determinados segmentos queda en evidencia que se trata
efectivamente de un felino joven, un joven puma que mantiene igualado combate
con el cánido local, en esta suerte de western, una variación peculiar de
western en todo caso, en el que los caballos y los pistoleros ceden su lugar al
inmigrante felino salvaje que devora reses y yeguas. Filme que puede entregar
ciertos momentos de amenidad, de entretenimiento, pero no se le puede exigir
mucho más a un trabajo tan limitado y discreto.
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