El enemigo público número 1 (1934) - W.S. Van Dyke
Era la primera mitad de los años 30, al cine aún estaba en etapa formativa, pero un actor como Clark Gable, ya había edificado una filmografía tan prolífica como muchos otros actores tan siquiera sueñan con materializar. El considerado perfecto galán del universo yanqui hollywoodense había realizado variedad de personajes, sin embargo, tenemos en esta oportunidad la ocasión de verlo en un singular papel para el gran Gable, lo veremos como un temible mafioso, un gángster, literalmente, de armas tomar, que eliminará sin pensarlo dos veces a impertinentes personajes que se interpongan en su camino, aunque esto no sea hecho con los clásicos motivos que un mafioso pudiese tener. Gable es en la cinta intimo amigo de William Powell, amigos desde niños, han crecido juntos pero el tiempo ha pasado y sus mundos han cambiado, tomaron caminos diferentes y por azares del destino ahora sus caminos los vuelven rivales, adversarios, cuando Powell se vuelva un candidato a gobernador, cuya obligación es erradicar a la clase de gente como Gable, desencadenando más de una forzada situación, pero donde la amistad quedará más patente que nunca. En el papel de mujer de Powell, tenemos a Myrna Loy, aunque esta chica ya formaba parte del pasado de su amigo, complicando un poco más el panorama. Interesante película la dirigida por Van Dyke, en una de las épocas doradas del cine, con la que el prototipo de galán de Hollywood comienza ya a consolidar su carrera.
En una ciudad norteamericana, hay un puerto, donde la gente se divierte en bote, padres e hijos, hay timos y alguna pelea. De pronto, se produce un incendio, quedando como producto del siniestro, huérfanos dos niños, Edward J. ”Blackie” Gallagher y Jim Wade, sin embargo, en esa misma ocasión son adoptados por uno de los desafortunados padres que perdió a su hijo. Es un ambiente un tanto turbulento, donde hay dificultades por confrontaciones de rusos contra estadounidenses, pero los años van pasando. ”Blackie” es ya adulto (Gable), y es un prominente apostador, gana dinero con ese negocio, pero siempre se enfrenta a los policías que registran su establecimiento, el casino donde juega, que es ocultado hábilmente por todos los parroquianos. Es tan exitoso el apostador Gallagher que hasta gana un yate en minutos, con lo que tiene contenta a Eleanor Packer (Loy), enamorada de él, pero disgustada con la actividad a la que él se dedica. Aparece entonces un también adulto ya Jim (Powell), ahora convertido en personalidad aspirante en la política, y esto hace que haya cierto conflicto con “Blackie”. Sin embargo, los jóvenes mantienen su amistad, mientras “Blackie” tiene problemas por una apuesta, Jim se conoce con Eleanor, incluso pasan toda una velada juntos, puesto que “Blackie” nunca se presentó, al estar atendiendo ese asunto complicado. Pero Eleanor queda cautivada con Jim, por la seguridad y estabilidad que este ofrece, todo lo que “Blackie” no, y la pareja rompe.
Un año después, Jim y Eleanor vuelven a encontrarse, en el tiempo pasado Wade ha ganado su carrera política, es importante, mientras “Blackie”, ha tenido que eliminar al causante del problema de apuestas, pero Jim ha podido descubrir que su amigo es el asesino. El ahora funcionario Wade choca pues, con su gran amigo, están enfrentados. Jim y Eleanor se casan, y pese a todo, “Blackie” es hasta padrino, aunque teóricamente, puesto que llega tarde y se pierde todo. Wade sigue con su ascendente camino, ahora postulándose para gobernador, pero tiene la mala fortuna de que un colaborador suyo se rebela, amenazando con publicar que Jim ocultó a la gente la historia del apostador muerto por “Blackie”, solo porque es su amigo. Pero el gángster, que se entera a través de Eleanor de todo, elimina al insurrecto colaborador, solo ella sabe que él fue, pero debe guardar silencio por la campaña de su esposo. “Blackie” es encarcelado, y en el juicio, Jim lo acusa severamente y sin miramientos, el apostador es encontrado culpable y sentenciado a muerte. Jim termina ganando la carrera política, la hora de ejecución de su amigo se acerca, él y Eleanor están contrariados, hay remordimiento. Eleanor cuenta la verdad a Jim, pero ni así éste recapacita, y ella lo abandona por dejar morir a su amigo. Jim va a ver a “Blackie” antes de la ejecución, y el mafioso acepta su destino si con eso ayuda a Jim. Es ejecutado, y un conmovido Jim renuncia a su puesto, quedándose con Eleanor, que vuelve con él.
Correcto drama del director Van Dyke, que tiene como participante en su guión al respetado y destacado guionista norteamericano Joseph L. Mankiewicz, que para el cinéfilo instruido, no hace falta realizar mayores presentaciones. Es Mankiewicz uno de los responsables de esta historia que tiene de todo un poco, con un inicio pícaro y vivaracho, con la imagen de los niños divirtiéndose y timando a la gente, pero inmediatamente se aplica la dosis dramática cuando los rapaces pierdan a sus padres y queden en la incertidumbre, formando todo parte del preámbulo. Tiene también sus inclusiones cómicas, al margen de si sean exitosas o no, en la figura de una rubia increíblemente estúpida, amiga del grupo del gángster Gable. Para esta ocasión, el gran Gable, si bien no es el seductor irresistible a quien todas las damas caen rendidas, sigue encarnando un personaje con directriz de ganador, personaje que gana en todo, y al menos, en lo que respecta al casino y al juego, lo es indiscutiblemente, sin embargo, en el apartado de las féminas, en esta oportunidad le toca perder en detrimento de su amigo. Para este papel Gable encarna a un delincuente, un asesino a sangre fría, pero que lo disimula todo bajo una apariencia de galán, que encanta a las mujeres, pero que demuestra, finalmente, tener la amistad por delante de todo. Agradable y digerible historia yanqui, en la que veremos a un por entonces juvenil Clark, que tenía todo por delante, y sus más grandes obras, sus mejores y más inmortales representaciones estarían aún por ver la luz.
Era la primera mitad de los años 30, al cine aún estaba en etapa formativa, pero un actor como Clark Gable, ya había edificado una filmografía tan prolífica como muchos otros actores tan siquiera sueñan con materializar. El considerado perfecto galán del universo yanqui hollywoodense había realizado variedad de personajes, sin embargo, tenemos en esta oportunidad la ocasión de verlo en un singular papel para el gran Gable, lo veremos como un temible mafioso, un gángster, literalmente, de armas tomar, que eliminará sin pensarlo dos veces a impertinentes personajes que se interpongan en su camino, aunque esto no sea hecho con los clásicos motivos que un mafioso pudiese tener. Gable es en la cinta intimo amigo de William Powell, amigos desde niños, han crecido juntos pero el tiempo ha pasado y sus mundos han cambiado, tomaron caminos diferentes y por azares del destino ahora sus caminos los vuelven rivales, adversarios, cuando Powell se vuelva un candidato a gobernador, cuya obligación es erradicar a la clase de gente como Gable, desencadenando más de una forzada situación, pero donde la amistad quedará más patente que nunca. En el papel de mujer de Powell, tenemos a Myrna Loy, aunque esta chica ya formaba parte del pasado de su amigo, complicando un poco más el panorama. Interesante película la dirigida por Van Dyke, en una de las épocas doradas del cine, con la que el prototipo de galán de Hollywood comienza ya a consolidar su carrera.
En una ciudad norteamericana, hay un puerto, donde la gente se divierte en bote, padres e hijos, hay timos y alguna pelea. De pronto, se produce un incendio, quedando como producto del siniestro, huérfanos dos niños, Edward J. ”Blackie” Gallagher y Jim Wade, sin embargo, en esa misma ocasión son adoptados por uno de los desafortunados padres que perdió a su hijo. Es un ambiente un tanto turbulento, donde hay dificultades por confrontaciones de rusos contra estadounidenses, pero los años van pasando. ”Blackie” es ya adulto (Gable), y es un prominente apostador, gana dinero con ese negocio, pero siempre se enfrenta a los policías que registran su establecimiento, el casino donde juega, que es ocultado hábilmente por todos los parroquianos. Es tan exitoso el apostador Gallagher que hasta gana un yate en minutos, con lo que tiene contenta a Eleanor Packer (Loy), enamorada de él, pero disgustada con la actividad a la que él se dedica. Aparece entonces un también adulto ya Jim (Powell), ahora convertido en personalidad aspirante en la política, y esto hace que haya cierto conflicto con “Blackie”. Sin embargo, los jóvenes mantienen su amistad, mientras “Blackie” tiene problemas por una apuesta, Jim se conoce con Eleanor, incluso pasan toda una velada juntos, puesto que “Blackie” nunca se presentó, al estar atendiendo ese asunto complicado. Pero Eleanor queda cautivada con Jim, por la seguridad y estabilidad que este ofrece, todo lo que “Blackie” no, y la pareja rompe.
Un año después, Jim y Eleanor vuelven a encontrarse, en el tiempo pasado Wade ha ganado su carrera política, es importante, mientras “Blackie”, ha tenido que eliminar al causante del problema de apuestas, pero Jim ha podido descubrir que su amigo es el asesino. El ahora funcionario Wade choca pues, con su gran amigo, están enfrentados. Jim y Eleanor se casan, y pese a todo, “Blackie” es hasta padrino, aunque teóricamente, puesto que llega tarde y se pierde todo. Wade sigue con su ascendente camino, ahora postulándose para gobernador, pero tiene la mala fortuna de que un colaborador suyo se rebela, amenazando con publicar que Jim ocultó a la gente la historia del apostador muerto por “Blackie”, solo porque es su amigo. Pero el gángster, que se entera a través de Eleanor de todo, elimina al insurrecto colaborador, solo ella sabe que él fue, pero debe guardar silencio por la campaña de su esposo. “Blackie” es encarcelado, y en el juicio, Jim lo acusa severamente y sin miramientos, el apostador es encontrado culpable y sentenciado a muerte. Jim termina ganando la carrera política, la hora de ejecución de su amigo se acerca, él y Eleanor están contrariados, hay remordimiento. Eleanor cuenta la verdad a Jim, pero ni así éste recapacita, y ella lo abandona por dejar morir a su amigo. Jim va a ver a “Blackie” antes de la ejecución, y el mafioso acepta su destino si con eso ayuda a Jim. Es ejecutado, y un conmovido Jim renuncia a su puesto, quedándose con Eleanor, que vuelve con él.
Correcto drama del director Van Dyke, que tiene como participante en su guión al respetado y destacado guionista norteamericano Joseph L. Mankiewicz, que para el cinéfilo instruido, no hace falta realizar mayores presentaciones. Es Mankiewicz uno de los responsables de esta historia que tiene de todo un poco, con un inicio pícaro y vivaracho, con la imagen de los niños divirtiéndose y timando a la gente, pero inmediatamente se aplica la dosis dramática cuando los rapaces pierdan a sus padres y queden en la incertidumbre, formando todo parte del preámbulo. Tiene también sus inclusiones cómicas, al margen de si sean exitosas o no, en la figura de una rubia increíblemente estúpida, amiga del grupo del gángster Gable. Para esta ocasión, el gran Gable, si bien no es el seductor irresistible a quien todas las damas caen rendidas, sigue encarnando un personaje con directriz de ganador, personaje que gana en todo, y al menos, en lo que respecta al casino y al juego, lo es indiscutiblemente, sin embargo, en el apartado de las féminas, en esta oportunidad le toca perder en detrimento de su amigo. Para este papel Gable encarna a un delincuente, un asesino a sangre fría, pero que lo disimula todo bajo una apariencia de galán, que encanta a las mujeres, pero que demuestra, finalmente, tener la amistad por delante de todo. Agradable y digerible historia yanqui, en la que veremos a un por entonces juvenil Clark, que tenía todo por delante, y sus más grandes obras, sus mejores y más inmortales representaciones estarían aún por ver la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario