Discretísima y pueril a más no
poder cinta, una de las películas sobre las que quien escribe, más lamentó
escribir, estamos ante un ejercicio de cine noruego que trae lo peor de los
cineastas nórdicos y que lamentablemente olvidó traer lo mejor de los mismos. No
he revisado más la filmografía del noruego Wirkola, y decididamente no lo haré,
tras haber realizado el vistazo inicial a esta inverosímil cinta que nos cuenta
la historia de un grupo de jóvenes que se van a vacacionar a las montañas, a
esquiar, al más puro y confeso estilo
del serial de Viernes 13, pero esta
vez no encontrarán al desquiciado demente asesino de la máscara de hockey sobre hielo, sino
que en su lugar encontrarán al más singular manojo de zombis, zombis nazis, que
de alguna forma habitan el lugar, y con quienes desencadenarán una sangrienta
batalla, en un intento de gore que termina volviéndose por demás risible,
malamente risible, infantil, una supuesta comedia que nunca alcanza la
categoría de tal. Trama burda, desarrollo igualmente olvidable, y como he leído,
quizás su único elemento apreciable es que el realizador parece no esforzarse
en lograr algo que sabe no puede hacer, y él mismo va deslizando
algunas burlas a su obra, no se sonroja
ni oculta o intenta disimular lo que hace.
En el inicio vemos un joven que
corre desesperadamente por la nieve, hasta que de pronto, sea lo que sea que lo
persiguiera, lo alcanza y elimina. Después, un grupo de jóvenes, estudiantes de
medicina algunos, están viajando por carretera a las nevadas montañas noruegas,
van a esquiar, y se alojarán en una
alejada cabaña desprotegida. Llegan a su destino, comienzan su diversión con
juegos y bromas, hasta que un sujeto se les une, un individuo lugareño que les
habla de cómo ese lugar no es precisamente el más seguro, se realizaron
barbaries de guerra, los nazis azotaron esa zona y a sus pobladores; luego,
éstos hicieron causa común y los eliminaron, supuestamente sus cadáveres nunca
salieron de la zona. El sujeto, ya solo, en su carpa, luego es liquidado, por
los zombis. Los jóvenes practican moto nieve y otros deportes, hasta que uno encuentra un cadáver. Poco después, encuentran en la cabaña un cofre con una
cantidad enorme de joyas y monedas de oro, cada uno la pasa bien a su manera,
bebiendo, teniendo sexo, mientras una chica es agraviada, es atacada ya por los
zombis nazis.
Encuentran también una habitación
con efectos y elementos nazis, y poco después, aparecen finalmente los
monstruos, los zombis, con cascos, uniformados, y atacando con furia. Los
jóvenes se defienden como pueden, e incluso van eliminado algunos de los
monstruos. Ellos se las ingenian para fabricar sus propias armas, uno hasta
fabrica una ametralladora, tienen las moto sierras además de herramientas, con
las que atacan a los zombis, matan a varios ya, desatándose sanguinaria
carnicería. Los jóvenes, empero van siendo eliminados también, hay cada vez
menos, y hay un comandante de los zombis, debidamente ataviado, que dirige a
todos. Cuando quedan ya únicamente dos sobrevivientes, cuando parece que ya
han matado a la mayoría de monstruos, el jefe hace un llamado, y una nueva legión de zombis aparece, y tras la persecución, finalmente solo queda un
sobreviviente, el mismo que muere en su auto, a punto de escapar, cuando
encuentra una moneda de oro del cofre.
Como se mencionó, da la impresión
total el director de saber lo que hacía perfectamente, e incluso desliza una
auto sátira, cuando los jóvenes afirman que la situación es tan trillada como
una película de Viernes 13, aunque sea una tristísima suerte de combinación
entre aquello y una mala película de zombis. Así, los estudiantes de medicina,
entre los que hay uno a quien la sangre aterra, se ven inmersos en la pesadilla
de la lucha contra los muertos vivientes, y es que sin mayor explicación, ya vemos un
grupo de muertos vivientes deambulando, atacando, y queriendo recuperar su
tesoro. Acaso lo más interesante sea apreciar las impolutas y blanquérrimas
montañas nevadas noruegas, que claro, luego serán blanquirrojas cuando se tiñan
con la abundante hemoglobina que los protagonistas derramarán a montones. Mucha
sangre, intestinos, tripas, todo mostrado sin miramientos, pero mostrado con
pésimo tratamiento, en un ejercicio que se puede catalogar gore por su
contenido, aunque sea un ejercicio de lo más lamentable; se supone que es una
comedia, pero hasta ahora sigo esperando que genere gracia o risa la misma. En
todo caso, como es evidente, siempre hay un público objetivo, y los que buscan
lo que la cinta ofrece, lo encontrarán definitivamente en la segunda parte.
Prefiero no pronunciarme más sobre una de las cintas más discretas, y muy
probablemente la que más lo es, de entre las que conforman este blog.
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