El buen neoyorkino Cukor dirige
esta atractiva cinta de intenso drama, intrigas, y cierta dosis de tortura sicológica, en la
que contará además con intérpretes que mucho elevan el nivel de la cinta. Es la
historia repleta de misterios de una mujer, sometida a tormentos desde la
infancia, que tiene oscuro pasado a cuestas, y que llega a enamorarse de un
individuo que también esconde muchas cosas, macabros incidentes. Se casan y se mudan
a Inglaterra, a la misma casa donde una familiar de ella feneció, y donde,
inesperadamente, el esposo intentará llevar a cabo un inverosímil deja vu, liquidando a su esposa para
heredar las valiosas joyas familiares, mientras otro personaje salta a escena, para descubrir la verdad y salvar a la fémina. El reparto, de primer nivel, incluye
a la mítica Ingrid Bergman como la mujer protagonista, cuya interpretación
inclusive sería reconocida y premiada con el entonces muy valioso Premio de la Academia,
además de Charles Boyer como el esposo homicida, y un siempre cumplidor y
acertado Joseph Cotten, como el personaje que resulta vinculado a la dama, y
que pondrá buena cuota de participación para desempañar la situación. La historia
presenta correcto ritmo narrativo, buenas actuaciones, además de un interesante
uso tanto de la música como de la narrativa visual, elementos que Cukor sabe
emplear en la proporción necesaria para crear un filme muy decente y
rescatable.
Iníciase la cinta con Paula
Alquist (Bergman), joven, a quien se le dice que debe olvidar su pasado, que
deje todo atrás, ella irá a Italia a estudiar música. Ya allá, sus estudios no marchan
bien, si bien tiene buena voz, ella es duramente criticada por su maestro
de música, que le dice que no pone esfuerzo, ella afirma estar enamorada, y su maestro,
sabedor de su difícil pasado, le dice que deje todo y siga a su felicidad. Pronto se junta con Gregory Anton (Boyer), personaje con quien recién se conoce, e,
insegura, primero opta por aparatarse y pensar su relación.Ya de vuelto con Gregory, éste le comunica su idea de mudarse a Londres a vivir juntos, y ella, por
complacerlo, accede, vivirán allá, en la casa que fue suya, pese a sus malas
vivencias en ese lugar. Llegan a la oscura residencia, donde resulta que la
vieja chismosa, la señora
Thwaites (Dame May
Whitty), es vecina; la casa es oscura, tenebrosa, y está
intacta, tal como ella la recuerda, y narra la traumática muerte de su tía, estrangulada,
mientras revisa la casa, pinturas, muebles, etc., y el enorme cuadro de su tía,
virtuosa música que deleitaba San Petersburgo.
Pasa el tiempo, con su ama de llaves Elizabeth (Barbara Everest), además
de su irreverente doncella Nancy (Angela Lansbury), la pareja
lleva ya tres meses de casados. En una
ocasión, Brian Cameron (Cotten), se queda anonadado al ver a Paula. Gregory obsequia
a Paula un broche, de su madre, dícele que lo cuide, pero ella lo pierde. Cameron, por su parte, se acerca hasta la casa de los esposos, la vecina
Thwaites le informa de lo discretos y reservados que son los dueños, acto seguido,
va con la policía, habla sobre un extraño asesinato pasado y archivado, no resuelto,
y que involucraba valiosas joyas. Poco después,
por insistencia de ella, van a un elegante banquete-ópera, del que se retiran prontamente
al tener ella ataque de nervios; Cameron la ve de nuevo. Gregory ya atormenta a
su mujer, por sus olvidos, por sus despistes, por la bizarra muerte de su tía,
la deja sola y encerrada, ella va enloqueciendo, él deambula misteriosamente por
la casa. Pero Cameron llega, ha descubierto la verdad, Gregory asesinó a la tía
de Paula, y quiere liquidarla también, por las joyas. Desenmascarado, es entregado Gregory, mientras un nuevo
romance, de Cameron y Paula nace.
La cinta guarda mucho suspenso, desde sus inicios, con la
escena con la que somos internados en todo el entramado de la oscura historia,
es la casi ceremonial secuencia en que entran los protagonistas a la casa, la puerta
es abierta lentamente e ingresamos, es una casa abandonada, completamente
oscura, llena de telarañas y cosas viejas, tétrica, lúgubre, todo invadido por
la oscuridad, una tenebrosa representación en la que la propia Paula, otrora
residente allí, afirma que huele a muerte, todo está intacto. Esta severa umbría no abandonará la cinta en muchos de sus pasajes, y en repetidas ocasiones
será un escenario oscuro en el que se desenvuelvan los personajes, una oscuridad
que engendra y genera maldad, incertidumbre, y que se va potenciando con el inteligente
uso de la música, que dota de mayor densidad y suspenso a la cinta en los
momentos precisos, todo un ambiente mórbido. Este suspenso es potenciado,
además de por la música y los efectos visuales que se generan con esa poderosa
y omnipresente lobreguez, por los efectos de las luces que se intensifican y
reducen, las linternas de gas, la luz que se extingue, un símbolo de la maldad
que se cierne, una suerte de presencia que se va apoderando de todo, que atormenta
a Paula, todo esto contribuye con ese suspenso perenne que se disemina por todo
el metraje del filme, es una constante insinuación de que algo está mal, o de
que algo malo está por suceder, se sienten los bizarros personajes y sus
acciones.
El tormento psicológico al que se somete a Paula es también
otro hilo narrativo, la forma en que ella, una mujer desde siempre atormentada,
va degradándose, es de notar. Primero como la feliz recién casada, llegando a su
casa, nada nueva en realidad, con nuevo esposo, a iniciar nueva vida, poco a
poco irá siendo presa de humillaciones, morales y sicológicas, su propia criada
tiene desafiante actitud hacia ella, además de un esposo que la va atormentando
hasta niveles impensados, todo en pro de materializar su macabro deseo de
riqueza. Es Paula un personaje singular, de mucha fragilidad, especialmente
mental, su memoria es muy falible, es la presa ideal, se la hace creer con
facilidad que está loca, y ciertamente comienza a caer en la locura,
ciertamente habría caído victima de sus agresores, de no ser por Cameron, que
irrumpe, a desenmarañar todo, a salvar a Paula, a completar el circuito del filme.
Las figuras creadas para esto, las luces que arden más o menos, el fuego,
ayudan a incrementar el impacto de la historia, que además tiene su cuota de
humor en le figura de la chismosa vecina, chismosa a más no poder. La cinta
tiene un correcto ritmo, en le que se guarda el enigma principal hasta el
final, con lo que se consigue mantener la
atención del espectador durante todo su metraje. Considerada por algunos una
obra maestra, la película es definitivamente buena y apreciable, imposible
dejar de mencionar a la hermosa Ingrid Bergman, muy justamente oscarizada por
esta actuación, como la terriblemente atormentada y sufrida mujer, siempre al
borde de la demencia, su actuación, si bien no la mejor que se ha apreciado de ella,
es notable, y mucho, con su amplitud de registros para un personaje tan atormentado. Tiene a su lado al correcto Charles Boyer, que está
excelente en el papel del esposo, maquiavélico, tétrico, también parte
importante del terror de la casa y de la situación a la que Paula es expuesta,
aporta a su vez distinción y elegancia. Y claro, Joseph Cotten, un actor de
primer nivel que ya Hitchcock supiera usar en repetidas ocasiones, si bien su
papel es secundario, aporta Cotten toda la experiencia y solvencia de un actor
conocido por ser un sólido apoyo secundario, y un sobresaliente actor primario en
su momento también, siempre apreciable el aporte de este muy buen intérprete yanqui.
Correcta cinta, de un muy notable director, una cinta que merece la pena ser vista,
y con atención.
genio
ResponderEliminarDefinitivamente un genio. Gracias por visitar y apreciar el sitio.
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