miércoles, 5 de octubre de 2011

La Jungla de Asfalto (1950) – John Huston

Una joyita más que le debemos a uno de los grandes maestros del cine norteamericano, el gran John Huston presenta esta historia de puro film noir con todos los ingredientes de una cinta de esta corriente, personajes subterráneos, antihéroes, que se mueven realizando acciones de cuestionable moral, un ambiente permanentemente oscuro, underground, un mundo donde ellos encajan a la perfección, y a través de quienes veremos todo el desarrollo de la historia. El realizador nos introduce en el submundo de unos asaltantes, delincuentes que están a punto de dar lo que sería el mayor golpe de sus vidas, y uno de los mayores robos de la historia yanqui cuando intenten robar una importante cantidad de valiosos diamantes de una joyería, un golpe planeado minuciosamente por un experimento y curtido delincuente maduro, pero que verá cómo sus planes van saliendo cada vez peor, mientras un corrupto policía va investigando el caso, pero siempre velando por sus propios intereses. Interesante y remarcable cinta, con la actuación del gran Sterling Hayden, película que significaría además el debut de la inolvidable bomba rubia, Marilyn Monroe, y una innovadora forma de abordar el cine de los criminales asaltantes, mostrando, además del robo, sus particulares mundos, dramas y preocupaciones.

   



La cinta se inicia cuando un asalto a una bodega ha sido perpetrado, la policía busca identificar al culpable, pero el afectado, temeroso, no acusa a quien sabe es el responsable, Dix Handley (Hayden). Paralelamente, el legendario cerebro criminal, Erwin Riedenschneider, “El Doctor”, (Sam Jaffe), acaba de salir de prisión, y sin perder tiempo, empieza a planear un gran golpe que tenía en mente desde hace tiempo. Busca financiamiento para ello, y recurre al magnate Alonzo D. Emmerich (Louis Calhern), mientras Dix también busca un trabajo acorde a sus habilidades, matón y ladrón experimentado, y recibe la visita de un antiguo amor, Doll Conovan (Jean Hagen), a quien hospeda unos días. Mientras tanto, el Doctor va formulando su plan, planea los detalles con Emmerich, necesita, además de financiamiento, personal y transporte, el magnate acepta, mientras mantiene un idilio con su amante, una impresionante rubia, Angela Phinlay (Monroe), que podría ser su nieta. El corrupto teniente de policía Ditrich (Barry Kelley), permite que todo el plan siga adelante, mientras Dix recuerda su pasado en Kentucky. Pero el magnate Emmerich está en banca rota, y está planeando estafar a los asaltantes, quedarse con el botín entero y escapar. Mientras, van reclutando a su equipo, un hábil conductor, Gus Minissi (James Whitmore), un  experto en abrir cajas fuertes, Louis Ciavelli (Anthony Caruso), y el propio Dix.

 





Van planeando el atraco, y el Doctor sospecha que Emmerich planea algo en su contra, y Dix se vuelve su hombre de confianza, mientras Louis enfrenta problemas con su creciente familia, su hijo recién nacido. Llega la hora de la acción, y operan con precisión, pero una alarma es activada durante el robo, y aunque logran escapar con los diamantes, Louis resulta gravemente herido. Al reunirse con el magnate financiador, se dan con la sorpresa que no tiene el dinero pactado por los diamantes, que pretende quedarse con todo, pero Dix elimina a su secuaz, y recupera el botín, resultando herido también. La policía empieza a buscar por todos los lugares aledaños, Dix y el Doctor van a refugiarse con un conocido de Gus, que cuida a Louis, mientras Emmerich asegura su coartada con la hermosa Angela. Dix y el Doctor continúan huyendo, moviéndose, pero un taxista que los transportó, y otros indicios, acercan a la policía a su rastro, y Ditrich, asegurando el silencio de los que lo conocen, obtiene la confesión de un secuaz, la policía va a buscar a Emmerich, que, descubierto, se mata. Louis muere, y Gus es encerrado, el Doctor se separa de Dix, y huye con las joyas, pretende escapar en taxi, pero por distraerse viendo a una joven bailar, es atrapado por la policía. Por su parte, Dix, que escapa con Doll, empeora, viaja como puede hasta su natal Kentucky, donde se arrastra agonizante, y donde muere, rodeado de equinos, como en su infancia.



Inolvidable clásico del cine negro, donde por primera vez en el género de robos, se explora el personal mundo de los antihéroes, los asaltantes de banco, o joyería en este caso, y el director nos muestra el personal perfil de cada uno de ellos, sus dilemas, así veremos al abridor de cajas fuertes Louis con sus problemas financieros para mantener a su mujer y su hijo recién nacido, al duro Sterling Hayden interpretando a un campesino que añora su juventud, sueña con su infancia en Kentucky, rodeado de la paz del campo y de un magnífico caballo, semental que se estropeó, al igual que todo ese mundo suyo, y al arruinado magnate Emmerich, casado con una esposa de la que está aburrido, y manteniendo a una joven amante, su mundo se derrumba por culpa de sus propios excesos, de su pomposo estilo de vida. A través de la investigación policíaca, también nos muestra el corrupto mundo de la ley, corrupción de la que ellos son conscientes, pero que no mucho pueden hacer al respecto. La película es una muy seria puesta en escena, lúcida, de narración directa, sin distractores, inclusive prescinde de banda sonora, cero música, la historia que se nos presenta es todo, es donde nuestra atención debe estar centrada, y para ello somos ayudados por el buen ritmo del que Huston dota a su cinta. En el final, veremos cómo el gradual fracaso de sus planes, desemboca en la muerte de casi todos, el único sobreviviente va a prisión y el protagonista, Dix, se arrastra intentando alcanzar aquel mundo donde fue feliz, tratando de alcanzar su infancia. Remarcable y memorable cinta, otra de esas joyas que debemos al gran John Huston.




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