domingo, 5 de febrero de 2012

Combate Trucado (1949) - Robert Wise

Buen ejemplo de film noir, y precisamente una de las mejores actuaciones que se recuerde de uno de los mejores y más versátiles actores de esta corriente cinematográfica, el gran Robert Ryan. Nuevamente en el perfil de papeles de hombre duro, el siempre apreciable Ryan, encarna en esta oportunidad a un boxeador que está en la recta final de su carrera, sin haber sido nunca un peleador sobresaliente, y toda la acción se centra en lo que le acontece una noche, una pelea con un joven boxeador que tiene chapa de favorito, y con quien debe perder, de acuerdo a un arreglo que se ha hecho entre sus representantes y un temido y poderoso gángster que domina el negocio de las apuestas; pero el experimentado Ryan, ignorante de tal acuerdo, se rebela, y al saberlo durante el combate, desobedece y vence en la pelea, pero este acto de rebeldía no le traerá buenas consecuencias. Uno de los más destacados actores norteamericanos del cine negro se encarga de darnos una muestra más de su eficiencia actoral, y, como no muchas veces sucedería, es el indiscutible personaje principal, centro de toda la acción, sobre el que recae toda la atención y los sucesos, y por supuesto, el eficiente Robert Ryan da la talla, resulta particularmente aliciente verlo en el papel central, responsabilidad que asume y cumple con suficiencia. Una pequeña joyita de la extinta RKO, de lugar privilegiado en el film noir, y el hecho de usar a uno de los actores insignia de la corriente, definitivamente da realce a esta breve pero atractiva película.

        


Los créditos son mostrados con una pelea de fondo, y después, afuera del coliseo donde tiene lugar el combate, los corredores de apuestas hacen lo suyo, hay gran afluencia de gente. Uno de los principales combates de la noche lo llevará a cabo, está Bill “Stoker” Thompson (Ryan), un boxeador ya entrado en años, pero aún vigente. también “Little Boy” (Alan Baxter), un temido gángster que domina todo, y que siempre saca buenas tajadas de las apuestas en las peleas. Justamente, la próxima pelea de Stoker, ha sido arreglada con Tiny (George Tobias), representante de Stoker, para que la pierda. Es la noche de la pelea, y Bill desea seguir boxeando, muy para pesar de Julie (Audrey Totter), su chica, que desea que de una buena vez por todas Bill deje de recibir golpes, pero él está determinado a seguir, esa noche toca combatir. Stoker ignora el arreglo que se ha hecho sobre la pelea, se prepara, piensa en Julie, que no va a verlo esa noche al cuadrilátero, mientras ella camina meditabunda, él se pone a punto parea el evento. Inicia la pelea, se da un igualado intercambio de golpes, un mayor Stoker suelta algunos buenos jabs, y aunque la juventud y vigor de su rival, Tiger Nelson (Hal Fieberling), le hacen tomar aparente ventaja, rápidamente Stoker iguala la situación.




Tiny y su ayudante empiezan a preocuparse al no perder Stoker, que cae, pero siempre se levanta, y tanto Little Boy como Nelson se impacientan por su escasa colaboración en el acuerdo. En pleno combate, Stoker se entera del arreglo, pero sigue peleando, se recupera, vuelve a caer, pero luego, con unos potentes golpes, noquea al joven Nelson, ganando la pelea. Little Boy está muy enfadado con lo sucedido, ha perdido dinero, su acuerdo ha sido ignorado, él y sus ayudantes se retiran. El mafioso va a los camerinos, enfadado de no recibir todo por lo que pagó, hará necesarios ajustes de cuentas. Terminados todos los eventos de la noche, el lugar ya ha cerrado, y Little Boy y su gente esperan a Stoker afuera, él trata de huir, pero es abordado y atacado por tres de los hombres del gánster, incluido el peleador Nelson. Mientras, Julie lo está esperando, ignorando que Bill está siendo golpeado, y se defiende, llega incluso a golpear a Little Boy, pero esto causa más furia en él, y le rompen la mano derecha, poniendo punto final a su carrera como boxeador. Julie alcanza a ver a un muy malherido Stoker, que cae en plena calle, lo auxilia, llaman a una ambulancia, mientras ella está afectada por la situación, pero, al final, feliz, pues su querido Bill ya no peleará más.




Agradable ejercicio de cine negro, buen trabajo el auspiciado por la RKO y dirigido por Robert Wise, que nos presentan la historia del veterano boxeador que se rebela a todos, su acto final de rebeldía defendiendo su dignidad y oficio, aunque este acto le produzca reacciones negativas. De esta forma vemos a Robert Ryan en un inédito papel, lo vemos como pugilista, en pantalones cortos boxeando, el maduro boxeador de poca monta, pero que en su pelea final saca todo lo mejor de sí, peleando como nunca. Vemos al buen Ryan en una de sus mejores interpretaciones, aparece serio, maduro, correcto, sobrio y casi sobrado incluso, curtido y muy buen actor de film noir, uno de los representantes de la corriente, excelente en el papel del boxeador que llega a la recta final de su carrera, la que tendrá violento final, y que hace sufrir a su mujer. En ese sentido, como indiqué anteriormente, al fin vemos a este buen actor como total protagonista, total y absoluto -generalmente lo vemos en papales secundarios, siendo digno escudero de la estrella de turno-, todo gira en torno a él, es la estrella del filme, y claro, Robert actúa muy bien, resoluto, presionado, recio, un remarcable papel en su distinguida filmografía, que, es más, es el favorito del actor, su preferida interpretación dentro de todos sus trabajos, considerándola su mejor actuación. Preocupado siempre por su mujer, pero ella todavía más por él, el peleador sin nada que perder realiza su acto final de rebeldía, pero su rival en esa final batalla no puede ser derrotado, el mafioso que ni siquiera tiene que soltar sus propios golpes, y que pone fin abrupto a su carrera rompiéndole su herramienta de trabajo, su mano, poniendo final también a la cinta, un final incierto e infeliz, un final de cine negro. Particularmente correcta es la bien lograda y extensa secuencia de la pelea, desde luego la secuencia de mayor importancia, la secuencia central de la cinta, en la que vemos lo mejor del gran Ryan. Cinta que resalta entre todas las que tan bien hizo este actor, gran ejercicio de cine negro de la RKO, e infaltable e imperdonable no visionarla, por supuesto, para los fanáticos de este gran actor, entre los que se encuentra quien escribe.










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