miércoles, 7 de diciembre de 2011

Repulsion (1965) - Roman Polanski

Arrebatadoramente soberbia película de este estupendo polaco, Roman Ploanski nos brinda una de sus máximas obras, una película inolvidable y estremecedora donde una de las mejores actrices europeas de las últimas décadas, la gran Catherine Deneuve, entrega una actuación que con razón la consolidaría como una de las actrices europeas mejor posicionadas de la época. Excelente thriller psicológico, de suspenso, que alcanza tintes terroríficos por momentos, maximizando la sensación de un filme que también sabe llegar a poner los nervios de punta. Cuenta además la cinta con un lenguaje narrativo, un lenguaje audiovisual que es de lo mejor de la producción del realizador, sin duda alguna estamos ante la cumbre de la filmografía de Polanski, su película referencial, por la que se distingue entre muchos otros directores contemporáneos a él. Inquietante historia sobre una mujer con una profunda alteración en su psiquis, tiene una severa imposibilidad de tener todo tipo de acercamiento al género masculino, es una patología que inicialmente será benigna, pero al ser sometida ella a circunstancias atípicas, como ser separada de su querida hermana con quien vive, llegará su demencia hasta niveles horrorosos e insospechados. Como se mencionó, la gran Deneuve es la encargada de encarnar magistralmente a esta atormentada mujer, y sumado a la excelente dirección del polaco, tenemos a una más que sobresaliente película.

     


Inicia la cinta mostrándosenos un primerísimo plano de un ojo, parpadeando, mirando, moviéndose, una entrada inquietante, alucinante, que dará lugar a unas mujeres en un spa, donde la dueña del negocio, reniega y fastidia a su distraída empleada, Carole (Deneuve), hermosa joven belga que, pese al desaliñado y despreocupado cuidado que da a su apariencia, atrae la atención de no pocos hombres, siendo cortejada por Colin (John Fraser), pero ella rechaza todas sus invitaciones instintivamente. Llena de tics e inseguridades, vive sola con su hermana Helen (Yvonne Furneaux), quien tiene un amante, un hombre casado llamado Michael (Ian Hendry), a quien Carole no soporta. Cuando se entera que su hermana planea salir de viaje de vacaciones con Michael, ella empieza a sentirse afectada y muy inquieta, no soporta a ese hombre, que engaña y hace sufrir a su crédula hermana, cambia sus rutinas, y encima es casado. Mientras, Colin no desiste en su cortejo a Carole, se acerca a ella, rompe por un instante su impermeabilidad, y se besan, acción que le repugna a ella hasta el extremo de ir rápidamente a lavarse los dientes. Finalmente Helen sale de viaje, dejando completamente sola a Carole, con la responsabilidad de pagar la renta del cuarto. La nueva soledad afecta a Carole en su trabajo, donde, aún más ida de lo normal, es devuelta a casa pues tiene aspecto de estar enferma.





Ya sola en casa, completamente recluida, completamente aislada, más sola que nunca, comienza a tener delirantes alucinaciones, sus actividades se limitan a acciones hogareñas menores que realiza maquinalmente, mientras sus alucinaciones, casi siempre siendo ultrajada, van aumentando en frecuencia e intensidad. Las cosas empeoran en su empleo, de donde se ausentó por tres días, y la dueña del spa, al verla incapaz de trabajar, la deja fuera del trabajo. Colin, profunda y genuinamente enamorado de Carole, insiste incansablemente en buscarla, hasta el extremo de forzar la puerta del apartamento para verla, le declara su ferviente amor, obteniendo por respuesta la muerte, pues Carole, cuya locura alcanza niveles extremos, lo golpea hasta eliminarlo, limpia toda la sangre de la escena, y en una mórbida decisión, coloca el cadáver en la bañera llena de agua. Siguen aumentando sus alucinaciones, así como la violencia de las mismas, y es entonces que el casero va a su departamento en busca de la renta, y al intentar violarla, Carole lo liquida también. Pasan varios días, hasta que Helen vuelve con Michael de sus vacaciones, y encuentra a su hermana en estado catatónico, descubre la horripilante escena de los cadáveres, los vecinos también ven el desastre absoluto y se llevan a Carole. Finalmente, la cámara hace un acercamiento a una foto familiar, otro primerísimo plano de los ojos de Carole, que tiene la mirada clavada en un hombre a su lado, y parece tenerle miedo.






Esta excelente película tiene entre lo mejor de su presentación, entre sus alicientes máximos, un trabajo de cámara y de fotografía soberbios, impresionantes, remarcables. Es así que veremos planos lejanos, profundidad de campo, que insinúan poderosamente soledad, aislamiento en esa oscura casa, y es que el blanco y negro dota al relato de un gran ambiente de suspenso, de una hierática tensión e incertidumbre, así como un silencio permanente que nos obliga a involucrarnos e interpretar lo que ese perenne silencio encierra. Pero una de las cosas más llamativas de ese trabajo de cámara viene a ser lo que podríamos llamar planos inferiores, planos de la rodilla para abajo, que nos posiciona desde una perspectiva casi furtiva, que nos da la impresión de ser unos testigos in fraganti de lo relatado, que estamos espiando clandestinamente este relato encerrado en algún lugar anacrónico. A esto se sumará el otro elemento también mencionado, una cuidadísima fotografía, que potencia la solemnidad y aislamiento de ese blanco y negro, estupendos encuadres, encuadres que parecen capturar la soledad, es una fotografía de esa soledad, de esa oscuridad, de ese aislamiento, y también se ve reforzado por unos lentos fundidos en negro para cambiar de secuencias.







Esto también se ve potenciado por un inteligentísimo uso de las luces y las sombras, elemento infaltable en un thriller psicológico y de terror, y que en este caso le da una apariencia de ultratumba, onírica pesadilla y demencia en la que se va sumiendo Carole, y donde veremos soberbias escenas donde la sombra parece cobrar vida y ser un personaje más, la cámara explora ese tenebroso mundo donde las sombras lo ocupan todo. Esto se ve en su máxima expresión en las secuencias donde alucina que es ultrajada, donde literalmente las sombras cobran vida para materializarse, encarnase en la forma de un varón agresor, que la violenta, es la personificación de todos sus miedos, pesadillesca figura. También es notable la secuencia del primer asesinato, epítome del trabajo de sombras y luces, donde, después de la declaración de amor de Colin, vemos el rostro de Carole completamente sumido en sombras, la oscuridad se derrama sobre toda su faz, sumiéndola en un lúgubre universo de donde no hay retorno, la atormentada mujer corresponde un amor puro e intenso con agresión, asesinando al pobre infeliz que la corteja, literalmente, hasta el final. La actuación de la Deneuve es remarcable, el centro de toda la acción, la mujer desviada que al ser dejada sola, su demencia, neurosis y psicopatía alcanzan niveles impensados, materializando fatalmente su patología y extrema repulsión por los hombres, extremadamente introvertida, incapaz de contactar con ese género, finalmente su psiquis colapsa y estalla. Estupendo ejercicio de suspenso y terror psicológico, para la posteridad, de las mejores películas de la década. Necesaria e imperdible.


Estupenda imagen, Carole entre uno y otro mundo, está siendo absorbida por las sombras.


    




4 comentarios:

  1. ¿La tienes en audio español castellano? Porque por la Red sólo se encuentra subtitulada.

    resonanciacosmologica@gmail.com

    ResponderEliminar
  2. Me temo que no.
    P.D. si es audio original.. aprovéchalo..

    ResponderEliminar
  3. Excelente aportación!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por apreciarlo. Es una excelente película en efecto.

      Eliminar