miércoles, 28 de septiembre de 2011

Stavisky (1974) – Alain Resnais

El inolvidable Alain Resnais presenta Stavisky, una de sus películas menos apreciadas. Si bien es cierto, la película no destila genialidad, no es ciertamente su mejor filme, pero termina siendo una propuesta más que aceptable. Es la historia de Serge Alexandre, alias Stavisky, un mítico estafador de la Francia de inicios de los años 30. La película es un acercamiento a su vida, sus experiencias, asimismo es un retrato de las estructuras políticas de esos años, y de las costumbres de su gente, la corrupción, el control que se ejerce convenientemente, pues muchos hombres de poder conocen a Stavisky y sus actividades, pero lo protegen. Resnais también enriquece la historia mostrando la estrecha relación de esta historia con la de León Trotsky, el revolucionario ruso que fue expulsado de su tierra, recibiendo asilo político en Francia. El filme rompe la narración lineal para presentarnos constantemente flashbacks de la vida de Stavisky, a través de los cuales sus conocidos irán narrando pasajes de la misma. Cuenta con un excelente y distinguido reparto, encabezado por Jean-Paul Belmondo en el papel principal, además de Anny Duperery como su esposa, François Périer, el gran Michael Lonsdale, Charles Boyer entre otros.

         


La acción comienza con Stavisky (Belmondo), que se codea con poderosos hombres de negocios, poderosos funcionarios, así como círculos de extrema derecha. Son sus inicios, aunque ya está bien relacionado, y conoce a su futura mujer, que inicialmente es cortejada por otro sujeto, pero él también entrará en escena. Dado su pomposo estilo de vida, los despilfarros y deudas lo acosan, pero él con habilidad, y muchas tretas, logra asimilar la situación, y a pesar de todo  prospera. Pero esto es un triunfo temporal, pues los problemas no desparecen, los despilfarros continúan, e incluso sus cercanos colaboradores se alarman. El área de acción de un sujeto como Stavisky es amplia, interviene en asuntos de milicia, y hasta tiene injerencias en la vida política de España. Las cosas se complican cuando un socio suyo es capturado, y no hay lugar para confianza en una situación así. Su mujer Arlette lo apoya lealmente, mientras se desata un largo proceso judicial en su contra, con numerosos interrogatorios, donde cada persona implicada va por su lado, respondiendo según su conveniencia. Tras una notable secuencia de “collage de escenas”, Stavisky es asesinado, pues su existencia no es positiva ni conveniente ya para los hombres del poder. Se hace creer a los medios que se trata de un suicidio, lo cual suscita escándalo, misterio, pero sus verdaderos camaradas saben lo que realmente sucedió. Resnais está ya alejado de sus ejercicios de mayor brillo, de máximo relumbrón, atrás quedaron El Año Pasado en Marienbad y su deslumbrante presentación audiovisual; ciertamente la presente cinta no está a esa altura, es otra su intencionalidad, la directriz es más documentalista, sin embargo, no deja de tener el perenne sello y dominio de Alain Resnais. Para los seguidores del francés, es un filme que se deberá ver al menos una vez.


        

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