Una de las producciones de un ya maduro Resnais, y ciertamente una de las más complejas de este titánico francés. Profundo estudio conductual el realizado por Resnais, en lo que por momentos parece un ensayo o proyecto de hipótesis sicológico sobre la naturaleza humana, los motores y estímulos que impulsan su accionar, en un muy interesante filme que llega a desnudar con precisión quirúrgica la naturaleza del hombre. Tal es el interés por documentar, explicar y fundamentar el estudio de Resnais, que hace un paralelo del hombre con unas ratas de laboratorio, Resnais reduce el hombre a un animal de laboratorio, disecciona el pensamiento, y llega hasta el comportamiento, sus causales, sus consecuencias también, todo materializado -para facilitar su estudio apoyado en una praxis común-, en las conductas de tres individuos, a quienes se va a estudiar de inicio a fin. El reparto actoral está a la altura del director, que combinando todos sus recursos, presenta esta cinta que produce una sensación de ser mucho más que una película, es un auténtico estudio de la conducta humana, para verse con mucha atención y, sobre todo, reflexionar.
Lo más notable en el filme es la estricta y marcada observación científica, racional, es un estudio clínico aplicado y demostrado en los tres protagonistas. La voz en off narra y postula los enunciados médicos, que a modo profético hablan de antemano el accionar de la naturaleza humana, sustenta las causas de ese comportamiento con la misma facilidad con la que predice el comportamiento de unas ratas de laboratorio, otros sujetos de prueba. Sin embargo la mencionada voz en off también sale de los propios protagonistas, enriqueciendo aún más este estudio, sintiendo el espectador que ingresa al mundo de los personajes. Veremos cómo las múltiples clasificaciones conductuales que hace la voz en off se materializan e ilustran a través de los comportamientos de los tres personajes. Interesante y llevado hasta lo cómico el paralelo que hace Resnais en su estudio científico de los humanos con las ratas, experimenta con el comportamiento animal, en un ejercicio similar al condicionamiento clásico de Pavlov, Skinner, entre otros renombres de la psicología. Ahí yace lo interesante del filme, la disciplina casi quirúrgica con la que se demuestra, se ilustra, a través de los actos de los personajes, las razones de sus conductas, y lo sencillo de la valía de básicos principios conductuales aplicables no sólo a ellos, sino a todos los humanos, y a los animales. En el aspecto técnico, si bien Resnais se ha alejado ya de la preciosista y abrumadoramente simétrica presentación estética de otros ejercicios cumbres, El Año pasado en Marienbad (1961) por ejemplo, conserva aún la belleza de la fotografía de su leal colaborador, Sacha Vierny. En el mismo plano, cierta frescura muestra en su técnica narrativa, intercalando las acciones del filme con breves secuencias de clásicos filmes franceses, sintiéndose esos breves segmentos como extensiones del relato actual, pues los movimientos o acciones de las viejas glorias actorales francesas que veremos en blanco y negro -principalmente el gran Jean Gabin-, muchas veces son en efecto extensiones de los movimientos propios, o incluso sentimientos de los personajes estudiados, es atractivo el recurso esgrimido por Resnais. El estudio, la estructura del filme se vuelve tan poderosa que hasta el propio científico, el Dr. Laborit, aparece como tal, revisando sus anaqueles, leyéndonos sus textos, hablándonos directamente de sus teorías, incontestablemente plasmadas en sus sujetos de estudio, tanto las ratas, como los humanos del filme; exquisito el recurso, que alcanza delirante nivel con los antropomorfizados roedores ejecutando muchas de las secuencias de la cinta. El elenco actoral, como se dijo, está a la altura del cineasta, Gérard Depardieu es un peso pesado entre los actores galos contemporáneos, tan cumplidor como se le conoce, Nicole Garcia y Roger Pierre, asimismo, no desentonan, se muestran ambos sólidos en sus tragicómicos papeles. Se termina de configurar una cinta distinta, seductora, que en su momento numerosos galardones obtuvo, Resanais continúa su particular evolución artística, un cineasta siempre digno de atención. En el final, mostrándonos imágenes de suburbios marginales, nos indica que quizás los problemas humanos no tienen mucha esperanza de cambiar o solucionarse, y probablemente es por nuestra propia naturaleza. Muy interesante película que debe verse con todos los sentidos.
excelente película. Debe verse.
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