martes, 13 de septiembre de 2011

Las 5 Condiciones (2003) – Lars Von Trier

Cada vez que se va a ver una película de Lars Von Trier, se sabe que se va a ver algo atípico, unas veces menos atípico, otras veces algo que sencillamente roza con la locura, o por qué no decirlo, el ridículo. Puede ser este el caso que más se adecúe a esa afirmación. Idioterne fue un “experimento” del Dogma que a más de uno dejó escéptico. Ahora, se enfrasca en un proyecto muy personal, muy Von Trier. No me atrevo a afirmar que sea la primera vez que se realiza un ejercicio de esta naturaleza, pero sí que es atrevido, casi descabellado. Von Trier invita a un personaje a quien él admira mucho, el cineasta y periodista danés Jørgen Leth, a quien afirma conocer mejor que de lo que se conoce él mismo, y le propone algo inaudito: re-filmar una de sus obras cumbres, su corto de 13 minutos Det Derfekte Mennesk (El Humano Perfecto), y Von Trier le presentará 5 obstrucciones, las 5 condiciones, con las que Leth deberá volver a rodar su corto, y presentar así 5 nuevas versiones de su obra original. Bastante, loco, ¿verdad? El filme, hecho a modo de documental, mostrará todas las interacciones directas de los dos realizadores, conversando, discutiendo, debatiendo sobre las modificaciones hechas al corto, los castigos a Leth por incumplir sus “asignaciones”, etc.


       

Comienza el filme, con Von Trier explicándole a Leth su proyecto, lo que desea hacerle a El Humano Perfecto, o mejor dicho, lo que desea que Leth haga con él. Es así que le presenta la primera obstrucción o condición: cada escena no debe contener más de 12 fotogramas, el corto debe contener respuestas a las interrogantes en él contenidas, debe rodarse en Cuba, y además debe carecer de escenografía. Leth inicialmente se muestra escéptico, molesto por el destrozo que hace Lars, lo cual, tras ver ese primer corto cubano, queda evidenciado. Tras esto, se le hace la segunda zancadilla, que el corto sea rodado en el lugar más miserable posible, pero que no se debe mostrar eso, asimismo le hace unas sugerencias bastante bizarras, además, él, Leth, debe ser el hombre protagonista del filme. Leth va a Bombay, donde filma el corto que es rechazado por Von Trier, que como castigo le da la tercera restricción: total y entera libertad para rodar el tercer corto. Se moviliza Leth esta vez a Bruselas, donde presenta un corto completamente distinto, en las calles, con autos, etc. La cuarta restricción es también descabellada: debe ser en dibujos animados, una idea que ambos detestan, pero debe ser y es ejecutada. Leth lo hace y presenta un corto estilo MTV, después de lo cual se le da la quinta restricción. Von Trier debe rodar el quinto y último corto, Leth será acreditado por ello, y además deberá leer un texto redactado por Lars. En la parte final su interacción es mayor, Leth lee el texto de Lars, esa confesión cínica y un tanto arrogante con la que supuestamente debe justificar el ejercicio de las 5 condiciones.




Lars Von Trier es probablemente el cineasta que provoca que con mayor frecuencia uno se pregunte si lo que se está viendo es una buena obra artística, o si simplemente ese irreverente danés nos está tomando el pelo, si estamos presenciando una tontería. Von Trier lo que busca -y no lo esconde, se lo dice directamente a Leth-, es zancadillearlo, hacerle daño, minimizarlo… y lo más curioso o extraño es que el maestro Leth se somete completamente a todas las condiciones de Von Trier, que le hace incluso pedidos que ambos detestan, como el caso de las caricaturas, creando la incógnita de si se le ocurrirán esos disparatados cambios en el instante mismo en que habla con Leth. Es inevitable que en muchos, incluido quien escribe, se genere le interrogante, ¿no es acaso una gran estupidez mutilar así un gran filme, destrozando su forma original?, lo que es más, ¿porqué Leth se somete de esa forma a aquello, y porqué somete su obra a aquello?, pues incluso, pese a todo, parece disfrutarlo. Muchas serán las apreciaciones de este filme, opiniones divididas, quienes dirán que es un mamarracho, como otros tantos títulos de Von Trier, otros que la valorarán, otros que, en el medio, se preguntarán cuál de las dos cosas es, y claro, en el fondo de todo estará Von Trier, que creo que se ríe, que se divierte de lo lindo creando estas situaciones.




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