martes, 28 de febrero de 2012

Solo ante el peligro (1952) - Fred Zinnemann

Singular western el que se encarga de poner en escena Fred Zinnemann, en el que queda plasmada una historia de cierta emoción, algún que otro vuelco que aumenta el interés en la misma, pero que lamentablemente tiene un final tan abrupto y simple que deja un sabor de insatisfacción, al menos esa fue la primera impresión que tuve luego de visionar la película. High Noon es la historia de un experimentado sheriff, un alguacil que después de muchos años sirviendo al pueblo donde nació, ha decidido llevar a cabo una especie de jubilación, pues se casa con una hermosa mujer, se está yendo del pueblo para su luna de miel, pero de pronto, se desata la noticia de que un temible delincuente ha sido liberado, y que está por llegar al pueblo. Este pistolero tiene cuentas que saldar con el alguacil, y ante esto, el férreo hombre de ley cambia de parecer, y se queda a poner orden, aún cuando el pueblo entero le de la espalda para enfrentarse al pistolero, y más de una sorpresa saldrá a la luz. La cinta llega a despertar por momentos emoción e intriga, y está interpretada por un ya por entonces añoso Gary Cooper, como el recio sheriff, Lloyd Bridges como allegado al alguacil, y la siempre hermosa y fulgurante Grace Kelly, como la sufrida esposa que debe soportar cómo su marido se enfrenta a una situación suicida, escasos minutos después de haberse casado.

             


Inicia la acción en alguna parte del oeste yanqui, un rancho, en el que unos vaqueros cabalgan, y mientras se desplazan por la locación desertan cierto recelo y temor en los habitantes, parecen ser malhechores. En otra parte, en una iglesia, una boda se está llevando a cabo. Se trata de Will Kane (Cooper), el saliente alguacil del pueblo, que se casa con Amy Fowler (Kelly), pero poco después de haberse casado, se entera de que un temible pistolero ha sido liberado. La pareja parte a su luna de miel, mientras la noticia de la liberación de los maleantes ya se ha esparcido, y Kane entonces, da media vuelta al carruaje y regresa, no puede irse. El propio Kane se encargó de encarcelar al bandido principal, Frank Miller, ahora libre, y él afirma que tiene que quedarse, una contrariada Amy termina por irse sola. Hay mucha expectativa por Miller, hasta el juez que lo condenó está atemorizado, y el nuevo alguacil, Harvey Pell (Bridges) renuncia, pues tiene diferencias con Kane, es por su mujer, la mexicana Helen Ramírez (Katy Jurado), ex amante del alguacil. El miedo se sigue esparciendo, mientras Amy espera el tren para irse, y la gente la reconoce como mujer de Kane. Solo un hombre se suma a la causa de Will en el pueblo, todos están temerosos.




Entonces Helen también prepara sus cosas y pretende irse, ella tiene un pasado con el propio Miller, además de Will, y paralelamente, unos secuaces de Miller esperan su llegada. Kane intenta reclutar efectivos para hacer frente al bandido y los suyos, pero nadie lo apoya, ni siquiera sus amigos, así de temido es el pistolero. Llega incluso a interrumpir una misa y hablar a la congregación, la gente debate, pero no llegan a nada, inclusive el envejecido y antiguo sheriff, le dice a Kane que sus acciones no valen la pena. Kane duda en su resolución, pelea con Harvey, se entrevista con Helen, hasta el único que lo apoyaba, abdica al verse solo, está Kane completamente abandonado, y la hora del tren en el que viene Miller ha llegado, sus secuaces aguardan expectantes. Llega finalmente Miller (Ian MacDonald), Amy y Helen abordan el tren que las sacará de ahí, y finalmente Miller se reúne con su gente. Ya en grupo, atacan a Kane, y cuando está por ser sometido, impensadamente Amy, que bajó del tren, lo ayuda, e incluso, después de ser inicialmente cebo usado por Miller para atraer a Kane, ésta estorba al pistolero, y el sheriff mata a Miller, todo ha terminado.




Cinta digerible, un western bastante sencillo, liviano, en el que un idealista alguacil, viejo y curtido con los años, tiene una inquebrantable voluntad de servicio, afirma que tiene que quedarse en el pueblo, y aún cuando apenas han pasado unos minutos, acaba de casarse con una bellísima mujer, estando a punto de ir a su luna de miel, decide regresar y enfrentar al bandido. Todos le aconsejan que se vaya, que su misión es suicida, y ciertamente lo es, enfrentarse a un más que temible pistolero, y su banda, él solo, es algo demasiado temerario. Pero él se queda por su pueblo, por su gente, realizando algo que ya no es su obligación, renuncia a su luna de miel y vuelve al infierno. Representa la última dignidad del pueblo, el último ápice de valor y amor propio, pero todos le dan la espalda. La película tiene correcto ritmo durante buena parte de su rodaje, pero es inevitable no sentir demasiado sencillo el final, extremadamente simple, pues después de pasar el filme entro temblando todos por el temible pistolero, como si esperaran al diablo mismo, la bella Amy, con una breve participación, lo distrae y el terrible Miller muere, la espera de más de una hora se resuelve en escasos segundos, y el final cae tan pronto como la misma muerte del bandido, dejando inevitablemente amargo sinsabor de la cinta. Un correcto Gary Cooper interpreta al alguacil, una novicia pero siempre bella Grace Kelly a su mujer, y se la siente aún novicia, aún bisoña, se siente liviana su actuación, pero solo verla es ya un deleite, joven y radiante, aunque sea en blanco y negro, sin apreciar sus blondos cabellos. Notable además la actuación de una siempre recia Katy Jurado, la mexicana que desborda intensidad, reconocida y mítica mujer de armas tomar. Liviano western, evidentemente no es la especialidad del director, pero con algunos alicientes actorales, se realza algo de lo soso y desabrido que resulta el desenlace.







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