Nunca Fui Santa (1956) - Joshua Logan
Humor sencillo con el mito sexual del cine, la bomba rubia Marilyn Monroe se encargará en esta cinta de encarnar a una más que atractiva mujer, que trabaja cantando en un restaurante, maltratada e irrespetada por su jefe, ella verá su rutina muy modificada cuando irrumpa un joven vaquero, inocente pero sorprendentemente terco, que se mete en la cabeza la idea de que se va a casar con ella, y que se la va a llevar a vivir a su rancho. Comedia sencilla del realizador Joshua Logan, dirigiendo a un por entonces debutante Don Murray, en el papel del disparatado vaquero, una película en la que, como no podía ser de otra manera, tendremos el gran deleite de ver a la inolvidable rubia cantando en lentejuelas, en prendas sugestivas que harán delirar a los admiradores de este monumento de mujer.
Comienza la acción en Montana, con dos vaqueros que se dirigen a Arizona, uno de ellos es muy joven, Beauregard 'Bo' Decker (Murray), no ha salido nunca del rancho, está a la búsqueda de la que él considera será su ángel, en compañía de su amigo Virgil Blessing (Arthur O'Connell). Bo es un montaraz y rudo sujeto, sin tacto ni modales, mientras caminan se sorprende hasta de los semáforos, hasta que llegan al restaurante donde trabaja Cherie (Monroe), una hermosa rubia que es maltratada por su jefe por sus orígenes campesinos. Bo se queda deslumbrado por el número de la bella rubia, llama su atención, se acerca a ella y la corteja a su estilo vaquero, consigue atraerla, se besan, pero él, rápidamente, ha asumido que se casarán, y quiere llevarla a su rancho. Virgil le dice que lo tome con calma, que primero la conozca, pero él, absurdamente, sigue adelante con su plan de casarse por la fuerza, obligándola a empujones, a ir a un rodeo, donde pretende que se casen. Ella va a verlo al rodeo, pero de manera tan absurda como las intenciones matrimoniales de él, Cherie no detiene las solicitudes y trámites del mismo, y recibe un diamante de compromiso.
Sin embargo, la bella pero poco inteligente Cherie, no soportando su falta de educación, se va, y Virgil, que tampoco desea la boda, habla con ella, mientras Bo regresa ganador del rodeo, y pretende tomar un bus con ella al rancho. Cherie se harta de él, escapa, y el enajenado vaquero literalmente la laza y la detiene de huir cuando estaba a punto de subir a un bus. Ya en otro vehículo, camino a Montana, ella le pide ayuda a una mujer, mientras el autobús se detiene y queda paralizado por la nieve. Entran en un cercano restaurante, donde la situación se pone más álgida, ella desea escapar, y Bo se enfrasca en una pelea con el chofer, que defiende a la atormentada Cherie. Vencido y golpeado, Bo se disculpa con todas, y dejará en paz a Cherie, quien, conmovida, le cuenta su oscuro pasado, que nunca fue una santa, y él le cuenta su inexperiencia, que ella es la primera mujer con que ha tenido contacto, y la trata caballerosamente por primera vez. Sabido todo, él aún le propone irse juntos, pero ahora con palabras, y ella acepta, Virgil se queda al no ser ya necesario, mientras la pareja se va a Montana.
Una vez más vemos a la belleza rubia deslumbrando en ese papel que repetidas ocasiones encarnará, variando algunos matices simplemente: una mujer abrumadoramente hermosa, que canta en lentejuelas, todo un agasajo para la vista, pero de una inteligencia cuya ausencia compite con su hermosura. La Monroe es especialista en interpretar este tipo de papeles, tan hermosa como escasa de inteligencia, tonta y despistada, una característica que queda eclipsada cuando la blonda realiza sus más vistosas performances. Tenemos también la oportunidad de ver a un muy joven Don Murray en el papel que significaría su debut en el cine, encarnando al disparatado y brutal vaquero que pretende conseguir todo por la fuerza, a empujones, lazando a las mujeres y obligándolas a hacer su voluntad. Humor liviano y sencillo, fácil de digerir con el principal atractivo de la Monroe desplegando lo suyo, aunque solo sea en la parte inicial, reconociendo que nunca fue santa, frase que serviría para el título traducido de la cinta en Argentina, Venezuela, entre otros países. Corta y digerible comedia.
Humor sencillo con el mito sexual del cine, la bomba rubia Marilyn Monroe se encargará en esta cinta de encarnar a una más que atractiva mujer, que trabaja cantando en un restaurante, maltratada e irrespetada por su jefe, ella verá su rutina muy modificada cuando irrumpa un joven vaquero, inocente pero sorprendentemente terco, que se mete en la cabeza la idea de que se va a casar con ella, y que se la va a llevar a vivir a su rancho. Comedia sencilla del realizador Joshua Logan, dirigiendo a un por entonces debutante Don Murray, en el papel del disparatado vaquero, una película en la que, como no podía ser de otra manera, tendremos el gran deleite de ver a la inolvidable rubia cantando en lentejuelas, en prendas sugestivas que harán delirar a los admiradores de este monumento de mujer.
Comienza la acción en Montana, con dos vaqueros que se dirigen a Arizona, uno de ellos es muy joven, Beauregard 'Bo' Decker (Murray), no ha salido nunca del rancho, está a la búsqueda de la que él considera será su ángel, en compañía de su amigo Virgil Blessing (Arthur O'Connell). Bo es un montaraz y rudo sujeto, sin tacto ni modales, mientras caminan se sorprende hasta de los semáforos, hasta que llegan al restaurante donde trabaja Cherie (Monroe), una hermosa rubia que es maltratada por su jefe por sus orígenes campesinos. Bo se queda deslumbrado por el número de la bella rubia, llama su atención, se acerca a ella y la corteja a su estilo vaquero, consigue atraerla, se besan, pero él, rápidamente, ha asumido que se casarán, y quiere llevarla a su rancho. Virgil le dice que lo tome con calma, que primero la conozca, pero él, absurdamente, sigue adelante con su plan de casarse por la fuerza, obligándola a empujones, a ir a un rodeo, donde pretende que se casen. Ella va a verlo al rodeo, pero de manera tan absurda como las intenciones matrimoniales de él, Cherie no detiene las solicitudes y trámites del mismo, y recibe un diamante de compromiso. 
Sin embargo, la bella pero poco inteligente Cherie, no soportando su falta de educación, se va, y Virgil, que tampoco desea la boda, habla con ella, mientras Bo regresa ganador del rodeo, y pretende tomar un bus con ella al rancho. Cherie se harta de él, escapa, y el enajenado vaquero literalmente la laza y la detiene de huir cuando estaba a punto de subir a un bus. Ya en otro vehículo, camino a Montana, ella le pide ayuda a una mujer, mientras el autobús se detiene y queda paralizado por la nieve. Entran en un cercano restaurante, donde la situación se pone más álgida, ella desea escapar, y Bo se enfrasca en una pelea con el chofer, que defiende a la atormentada Cherie. Vencido y golpeado, Bo se disculpa con todas, y dejará en paz a Cherie, quien, conmovida, le cuenta su oscuro pasado, que nunca fue una santa, y él le cuenta su inexperiencia, que ella es la primera mujer con que ha tenido contacto, y la trata caballerosamente por primera vez. Sabido todo, él aún le propone irse juntos, pero ahora con palabras, y ella acepta, Virgil se queda al no ser ya necesario, mientras la pareja se va a Montana.
Una vez más vemos a la belleza rubia deslumbrando en ese papel que repetidas ocasiones encarnará, variando algunos matices simplemente: una mujer abrumadoramente hermosa, que canta en lentejuelas, todo un agasajo para la vista, pero de una inteligencia cuya ausencia compite con su hermosura. La Monroe es especialista en interpretar este tipo de papeles, tan hermosa como escasa de inteligencia, tonta y despistada, una característica que queda eclipsada cuando la blonda realiza sus más vistosas performances. Tenemos también la oportunidad de ver a un muy joven Don Murray en el papel que significaría su debut en el cine, encarnando al disparatado y brutal vaquero que pretende conseguir todo por la fuerza, a empujones, lazando a las mujeres y obligándolas a hacer su voluntad. Humor liviano y sencillo, fácil de digerir con el principal atractivo de la Monroe desplegando lo suyo, aunque solo sea en la parte inicial, reconociendo que nunca fue santa, frase que serviría para el título traducido de la cinta en Argentina, Venezuela, entre otros países. Corta y digerible comedia.
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