domingo, 16 de octubre de 2011

Little Caesar (1931) – Mervyn LeRoy

Tenemos aquí a un buen clásico del género de gángsters, del género de las aventuras y peligrosas aventuras de mafiosos. LeRoy muestra la historia de “Rico” pequeño Cesar, un mafioso al que veremos desde sus inicios en el hampa menor, y que poco a poco irá escalando posiciones hasta convertirse en el jefe de la banda de mafiosos más importante de la ciudad, temido y respetado, y su posterior caída, retratando que todo lo que sube tiene que bajar. Este papel del indómito mafioso “Rico” Little Caesar está interpretado por el buen actor Edward G. Robinson, quizás no de tanto relumbrón como otras mega estrellas a él contemporáneas, pero siempre cumplidor y admirado por los entendidos del tema. Robinson, en sus años de juventud, encarna con vigor y determinación a este insaciable mafioso, le da el correcto toque de indomable, para, sumado a una buen dirección, crear un buen clásico del género, una película que servirá de vitrina y de referencia para muchas posteriores obras maestras sobre mafiosos, una verdadera joyita que todo admirador de este tipo de película deberá visionar y reconocer como una de las iniciadoras de esa riquísima producción posterior.


          


Al inicio de la historia veremos a Cesar conversando con uno de sus compinches en su primera banda, y prontamente quedará evidenciada su ambición, su inconformidad con lo que tiene. Es así que en su ascendente camino conoce a Sam Vettori (Stanley Fields), cabeza de la principal banda del lugar, y se une a ella. Empieza entonces a participar en las actividades y reuniones de su nueva banda, va conociendo a la gente, se va relacionando y dejando su impronta, pues es recio, es testarudo, es muy asertivo, así como muy ligero con el revólver. No tardará en dejar detalles de su carácter, y elimina al Comisionado de Crimen de la ciudad en una fiesta, acción que desaprobará Sam, por lo que Rico destrona al suave líder, se convierte en el nuevo capo. Su amigo Tony (William Collier Jr.), se arrepiente y quiere dejar esa vida, por lo que es liquidado. Rico es el nuevo e indiscutible jefe, es temido, es reconocido y homenajeado. Mientras, Arni Lorch (Maurice Black), un capo rival, desea desaparecerlo y Cesar es acribilladlo, tras lo cual Rico lo intimida completamente, va escalando posiciones, su ambición no conoce límites, a la siguiente persona de inmediato poder, ya desea destronarla. Tras obtener un cargo de alta responsabilidad, pide ayuda a su amigo iniciador Joe Massara (Douglas Fairbanks Jr.), quien rechaza el ofrecimiento pues ahora tiene una nueva vida como cantante. Furioso, Rico hiere a Joe, y es perseguido por la policía. Pasa el tiempo, los capos son liquidados, con su banda desmembrada, Rico desciende y termina en un cuchitril. Finalmente, Rico es eliminado por la policía, y en la escena final, un agonizante Cesar se arrastra mientras de fondo vemos un enorme anuncio del exitoso Joe y su próxima función.







El filme contiene detalles fundadores de su género, dureza y rudeza, elegancia y lujo, asesinatos metódicos y estratégicos, una película referencial, que marca futuras tendencias, como el ascendente mafioso que destrona al jefe sin vacilar, y una serie de detalles que un conocedor del género sabrá reconocer. Interesante la secuencia donde liquida al Comisionado en la fiesta, en la que, utilizando barridos, el director narra esa importante escena, creando un ambiente tenso, dramático, de nervios de punta. Asimismo, en momentos determinados de discusión y tomas de decisiones, se engrandece la figura de Little Caesar con contrapicados, y se utilizan zooms in y zooms out, así como primeros planos para remarcar la intensidad de esos momentos. Rodada en el albor de los años 30, es una muy buena película, tiene buen ritmo, correcto tratamiento dramático y narrativo, y es digna de ser considerada imperdible para todo buen amante del cine hollywoodense en su época dorada.






    

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