jueves, 1 de septiembre de 2011

El halcón maltés (1941) – John Huston

Debut como director del mítico John Huston, así es, el multifacético y legendario realizador tiene con esta película su iniciación tras las cámaras y lo hace dirigiendo a un actor con el que repetirá cartel repetidas ocasiones en el futuro, una de las grandes colaboraciones de la era dorada del cine hollywoodense. El en ese entonces novel Huston dirige al querido Humphrey Bogart en esta película de aventura policial, de arrebatos, golpizas, intrigas, incertidumbres y engaños, búsquedas, todo apuntando a encontrar un valiosísimo ornamento que data desde las épocas de los caballeros templarios. Buen ejercicio para el debut del gigante director, dota de buen ritmo a su relato, de suspenso, sabe dirigir a otro futuro gigante como es Bogart, para obtener una película intensa, interesante y que deja buen sabor de boca, sobre todo sabiendo su importancia histórica por ser la primera película de este director.

         


Boggie interpreta al duro detective privado Sam Spade,  que recibe la visita de la intrigante Brigid O’Shaughnessy (bella Mary Astor), que llega con la historia de que desea dar con el paradero de su hermana, secuestrada por un peligroso sujeto que la tiene encantada desde hace unos días. La misión es aceptada, y  de inmediato surgen incógnitas, ante la muerte del compañero de Spade, a manos del sujeto que seguían, y la muerte del propio asesino. Todo esto genera un gran misterio alrededor del caso, y alrededor de la mujer que todo el tiempo sabe mucho más de lo que dice. Bogart interpreta aquí a un rocoso y duro detective privado, un sujeto que no le teme nada y que se enfrenta a todo, y se lleva todo por delante. Bogart es incontenible, es una fiera, domina todo y a todos en la película, interpreta perfectamente al detective que asombra a los hombres con su desenfado y asertividad, y enamora a las mujeres con su encanto y masculinidad. Toda la maraña de asesinatos, a la que se suma un tercer homicidio, es por la búsqueda del valioso halcón maltés del título, enviado por los caballeros templarios a España, pero que nunca llegó a destino. Tras seguir muchos rastros, colaborar con personajes estrafalarios, tras desenmarañar el complejo entramado de muertes, se logra dar con el rastro del ornamento, y se descubre al verdadero asesino y motor de todos los homicidios.




Muy buena película, muy buen debut del gran Huston. Interesante, atrayente, provocativa, crea una atmósfera de incertidumbre e intriga hasta el final, con lo que consigue captar la atención del público. Añade la dosis de romance y atracción casi animal que genera Spade en la mujer fatal, la que genera toda esa intriga y que está en el medio de todo, una trama que después se haría clásica en este género de película, era pues necesaria esa química entre dos personajes muy interesantes, muy intensos, era inevitable esa atracción. Buena puesta en escena la que tenemos aquí, la puesta en escena de un gran clásico del fim noir, una obra que se enaltece por los ilustres nombres que tiene, lo que le da unos créditos envidiables, entre los que por cierto se incluye otro memorable nombre del séptimo arte: el gran Peter Lorre, maestro camaléonico, exponente del cine negro y del expresionismo alemán, incrementa pues también los bonos de un filme muy atractivo. Inolvidable cinta de necesario visionado que no decepcionará a los espectadores, colmará las expectativas que se pueden tener ante tan prometedores avales, sobre todo a los admiradores de estas dos leyendas de Hollywood y del cine mundial, Humphrey Bogart y John Huston.


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