martes, 6 de septiembre de 2011

Epidemic (1987) – Lars Von Trier

Hoy en día, en el mundo del cine, ningún entendido del tema ignora quién es Lars Von Trier. Todos conocen su poderoso e impactante arte, sin embargo, la gran mayoría lo ha conocido por su trabajo y aporte al conocido Dogma 95, que coincide con su segunda trilogía, Golden Heart (ingeresante el estilo trilógico de trabajar del danés). La mayoría lo ha descubierto por películas posteriores a ésta, como Breaking The Waves (1996), Idioterne (1998, es el famoso Dogma #2), o Dancer in The Dark (2000), que conforman su segunda trilogía. Pero lo que desconocen es la primera triada, que inicia con El Elemento del crimen (1984), y continúa, teniendo en el centro del conglomerado, a esta pesadilla surrealista, este delirante ejercicio de desquicio y descontrol, Epidemic, una auténtica joya de la etapa inicial de Von Trier. Tras ver sus posteriores trabajos, veremos que el niño terrible de las épocas de esta trilogía se ha ido. No existen más los planteamientos inesperados, las técnicas narrativas no convencionales (Von Trier jamás es convencional, por cierto, pero en estos trabajos su distancia con ello es abismal). Epidemic es un ejercicio terrorífico, es una travesía pesadillesca por un mundo irreal, podrido, que succiona todo a su al rededor, pero que finalmente Von Trier, con su inconfundible tacto, logra dotar de un final en el que nos hace preguntarnos, ¿fue esto una pesadilla, fue real, o fue simplemente una invención de la retorcida mente de este brillante danés?


        


Dos individuos, un cineasta llamado Lars (oh sorpresa, es Von Trier, en su faceta actoral: encarnar a algunos de sus propios personajes) y Niels (Niels Vorsel, su guionista y colaborador en la vida real), están escribiendo un guión para una película, el guión se llama El Policía y la Prostituta, en un claro guiño a su anterior filme, El Elemento del Crimen. Pero el guión de más de 200 páginas se pierde en un disco, y se ven obligados a re-escribirla, para luego decidir escribir una obra distinta, escriben la historia que veremos, y entonces tipean Epidemic, tanto en su máquina de escribir como en la pantalla que vemos... Lars, vaya personaje. Paralelamente, se desata la terrible enfermedad en Europa, el virus, que los doctores saben incurable, se ha desatado, sólo un doctor desafía el miedo, el doctor Mesmer (sí, también es Von Trier). Los escritores conitnúan creando su guión, ignorantes de que todo lo que escriben se materializa, diagraman la estructura del relato, sus direcciones, y viajan a Alemania para ver a su productor, en un viaje por carretera donde irán viendo el irreal mundo donde se encuentran. Poco a poco se va manifestando todo, un sujeto cuenta una historia en un hospital con música de fondo de Wagner involucarada, punto común con el guión escrito. Posteriormente Niels enferma, Lars lo va a ver al hospital, donde presencia directamente una autopsia de un infectado por la epidemia. Se reúnen con unas chicas amigas por correspondencia de Atlantic City, se reúnen con su productor, que al revisar el escaso guión, se siente decepcionado. En un final sencillamente impresionante, tras una sesión hipnótica, la línea divisoria entre pesadilla y realidad se ha disuelto, el horroroso mundo de Epidemic, el mundo de Von Trier, es la realidad ahora.


 



Como en la primera parte de la trilogía, Von Trier ha creado un ambiente único, el detalle del título en la esquina superior de la pantalla nos ayuda a crear ese ambiente de irrealidad, es un mundo de vídeo, de vídeo hospitalario, en el que pareciera que vemos personajes que están siendo estudiados. El blanco y negro utilizado, su ya conocido tratamiento de las luces y las sombras, escenas con estatuas, crean una atmósfera densa, extraña, todo acompañado por precisos movimientos de cámara que siguen las acciones. Asimismo una voz en off se encarga de darnos alcances escuetos y precisos, la epidemia avanza. La película cuenta además con escenas aparentemente inconexas con la historia, como un sujeto que sobrevuela secos sembríos colgando de un helicóptero, lo cual contribuye a darle ese surrealismo a la narración. Nuevamente veremos el uso del elemento agua, el elemento común de la trilogía, que va pudriendo, que deja tras de sí un mundo infectado y decadente. Esta escena se ve potenciada con una suerte de misa impartida por un negro, en agua lóbrega, contaminada, que al alejarse la cámara vemos que tiene a muchos individuos a su derredor, sumergidos, abrumados, contaminados también, en una escena de descomposición casi calcada del filme antes comentado. El final, del que no daré detalles, es increíble, prodigioso epítome de todo el terror del filme, fusión final y total de la realidad, de la vida, con la pesadilla, con la película. Tras el trance hipnótico, una de las obsesiones del inicial Von Trier, tiene lugar la secuencia final, el terror al máximo, donde uno se pregunta, ¿lo que ha terminado es una película?, ¿o acaso la pesadilla de Von Trier ahora se ha vuelto realidad?. Estupendo trabajo, Lars. 




4 comentarios:

  1. Pues yo vi la película con subs en inglés, porque los subs que le agregaba con el VLC estaban retrasados, y no pude corregirlos, no entendí mucho la trama, es un poco lenta, y tu análisis es estupendo, comprendo un poco más y ahora sé que este director hizo de todo, comedia, drama, musicales, terror, realmente es un genio y un artista. Saludos

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    1. Von Trier es tan irreverente comos seductor. Te invito a que sigas revisando las demás reseñas de sus otras películas en Cinestonia.

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  2. Pues yo vi la película con subs en inglés, porque los subs que le agregaba con el VLC estaban retrasados, y no pude corregirlos, no entendí mucho la trama, es un poco lenta, y tu análisis es estupendo, comprendo un poco más y ahora sé que este director hizo de todo, comedia, drama, musicales, terror, realmente es un genio y un artista. Saludos

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    1. Von Trier es tan irreverente comos seductor. Te invito a que sigas revisando las demás reseñas de sus otras películas en Cinestonia.

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